Después de una semana de finales y el aniversario del blog, al fin puedo subir el capítulo dos. Espero que lo disfruten.Si consigo talento o un buen dibujante pronto, estaré subiendo cada capítulo con una ilustración representativa. Mientras tanto tendrá que ser solo texto y mucha imaginación. El próximo sábado estaré subiendo un artículo previo al día del juicio en el Estado de México, para que estén al pendiente. Acabados los anuncios parroquiales, les dejo el capítulo 1.2
En el capítulo anterior conocimos a Joaquín Jiménez, un detective forense que trabaja como asesor para la agencia de seguridad e inteligencia del gobierno. Su misión es atrapar a Raúl Juárez Huerta, principal capo de la droga en el centro del país. Acompañamos a nuestro protagonista a un caso en una de las colonias con mayor delincuencia de la ciudad, ahí mientras registraba la escena del crimen cuando encontró una pistola que llamó su atención. Aquí comienza:
Capítulo 1.2 - Pasado
Examinándola un poco, noto
que el cañón es más ancho de lo que debería. Envuelvo la evidencia según el
protocolo, al notar que está casi como si nada de estos sucesos hubiese
ocurrido, doy las últimas indicaciones a los peritos y me dirijo a mi automóvil
con rumbo a mi departamento, mi jornada término, es hora de reponer
energías.
La situación en
el país es complicada, hay crisis económica, los pelmazos que nos gobiernan
siguen robando y las personas cada vez más pierden la capacidad de asombro en
cuanto a los crímenes se refiere.
Desde
decapitados hasta descuartizados, los sicarios de los criminales van adoptando
un estilo cada vez más sanguinario.
Veinte minutos
después llego a mi hogar abro la puerta, me dirijo a la alacena por un vaso.
Luego de un largo día no hay nada mejor que un buen trago de Whisky antes de
dormir.
Una jornada de
sueño sin muchas complicaciones, en trabajos como el mio se requieren nervios
fuertes para poder ser relativamente exitoso. Después de una ducha y un
desayuno reparador, me dirijo al lugar que personalmente más odio en este
planeta.
Aproximadamente
a las 3 de la tarde estoy a las afueras del hospital psiquiátrico San Jacinto.
Entro y me dirijo a la recepción.
-Bienvenido
señor, ¿Que se le ofrece? -Me dice amablemente una señorita, aproximadamente 23
años, seguramente la practicante menos talentosa de los que trabajan aquí-
-Vengo a ver a
la paciente María Sánchez. Soy su hijo.
-Solo necesito
su registro en el libro y una identificación.
Saco la cédula
del departamento y mientras ella hace lo correspondiente en la PC de su
escritorio, yo meto mis datos rápidamente y justo antes de terminar se escucha
el timbre para acceder a las instalaciones.
-La paciente se
encuentra en el jardín, por favor no realice acciones que la puedan alterar.
Solo tiene 30 minutos, la hora de visitas ya va a terminar.
-De acuerdo,
muchas gracias.
Camino por el
pasillo y bajo las escaleras, por todo el lugar hay gente de diversas
edades, ancianos jugando ajedrez, una bola de catatónicos sentados en círculo
probablemente recibiendo terapia, un tipo más alto que yo, simplemente parado
viendo hacia una esquina.
A lo lejos,
debajo de la sombra de un árbol estaba mi madre, sentada en una silla viendo
hacia la eternidad, a su lado estaba el enfermero que la atendía, un muchacho
enclenque y amanerado.
-¿Cómo ha
estado la señora? -Le pregunto -
-Bien, ayer en
la noche tuvo otro ataque de histeria. Lo pudimos manejar, en estos momentos se
encuentra sedada.
-De acuerdo.
¿Puede dejarnos a solas un momento?
Apenas acabo la
pregunta el tipo se aleja.me pongo en cuclillas para poder ver de frente a la
persona que me dio la vida.
-Espero
entiendas porque creo que esto fue lo mejor. Tú me obligaste a hacerlo. Nunca
me cansaré de disculparme, pero después de lo que paso fue lo mejor que pude
conseguir.
Beso su frente,
me levantó y doy media vuelta, mando llamar al amanerado enclenque.
-Cuídala bien,
vendré la próxima semana a verla.
-No se preocupe
señor. -Dice con voz firme - en este lugar está en las mejores manos.
Termino mi
breve visita. Recojo mi identificación y me dirijo a mi laboratorio para
examinar las pruebas recogidas en la madrugada.
Después de una
hora de tránsito llego a la estación cuando me detienen en la recepción.
-Jiménez, el Capitán
Estrada dejo dicho que en cuanto llegaras subieras a su despacho, para tratar
lo del caso de la madrugada.
-Gracias por el recado
guapa –Sonrisa leve, guiño de ojo y entro con dirección a las escaleras-
En este lugar siempre es
bueno hacer buenas migas con la gente influyente. Abro la puerta de las
escaleras y simplemente no dejo de pensar que subir seis pisos de escaleras en
subida es algo que no se le desea ni a tu peor enemigo, a mis 40 y con el vicio
del tabaco esa acción debería considerarse tortura, el estúpido ascensor lleva
más de 2 meses sin funcionar, el Señor Secretario de Seguridad Prometió
presupuesto para las reparaciones que la estación requiere, ocho semanas
después no hay señal alguna del dinero.
Llego a la
puerta de Estrada, antes de tocar la puerta pongo mi mejor cara y armo mi
estrategia por si el bastardo decide retener mi cheque unos días más como en
meses pasados.
Estrada abre la
puerta, ambos nos miramos fijamente, paso y tomo asiento.
-Se ve un tanto perturbado
Capitán, ¿Todo Bien?
-En teoría sí, gracias. Jiménez,
Hay algo que tenemos que hablar. –Actúa titubeante, parece que algo lo
alteró-
-Usted
dirá. –respondo-
-Nos llegaron
videos de la cámara de vigilancia.
-¿Esos
armatostes funcionan?
-Tuvimos algo
de suerte ¿Recuerdas estos casos?
El capitán saca
un par de fotos de los asesinatos con los que pudimos atrapar al Rey De Jade.
En la primera dos hombres el primero de 25 años, la cabeza encima de su abdomen
abierto. Le falta la mandíbula.
El segundo
aproximadamente 22 años, el cuerpo apareció descuartizado, le falta el pie y un
brazo. Los globos oculares reventados y presentaba quemaduras de ácido en la
piel.
La segunda foto
es un primer plano de una mujer de 19 años, en un estado de completa desnudes,
marcas de quemaduras, le amputaron un seno, el pecho sangrante y la
cara molida a golpes. Una postal francamente perturbadora.
-Si capitán,
los recuerdo bien. Distribuidores y la prostituta preferida del Rey de Jade
originaria de Jalisco. ¿Porque son relevantes para este caso?
-Hace unas
horas pudimos conseguir las grabaciones de la cámara de vigilancia, tanto del
poste de alumbrado como de la tienda donde las víctimas decidieron reposar
mientras consumían sus cervezas. Mira la grabación y dime tus conclusiones.
El capitán me
muestra en su monitor una grabación vista desde la espalda de las presuntas
víctimas, una de ellas se levanta y comienza a gritarle a alguien que se
encuentra fuera de la perspectiva de la cámara. La víctima saca la
pistola y comienza a disparar. De repente se detiene y baja el arma, queda
estático en dirección a donde gritaba. Suelta la pistola y cae al suelo,
presumiblemente muerto.
Su compañero
intenta reaccionar rápido para atrapar el arma justo cuando la alcanza, cae
fulminado como si se le hubiese propinado una patada en la cabeza. La grabación
se interrumpe, levantó la cara y veo al capitán a los ojos.
-¿Me trajo aquí
por una falla eléctrica, capitán?
-Si fue una
falla eléctrica ¿Cómo explicas los asesinatos?
-¿Hackeo a la
red de cámaras? Recuerde que hay gente corrupta en muchos lugares
capitán.
-Hay algo muy
extraño Jiménez. Este tipo de crímenes pareciera que no son cometidos por
humanos. El otro día mientras asesoraba un interrogatorio a una mula que
atrapamos queriendo ingresar a la capital con una carga de 10 toneladas de
estupefacientes variados, el argumenta que jamás atraparemos a Huerta mientras
su demonio lo proteja. ¿A qué cree usted que se refería con “su demonio”?
-Con todo
respeto capitán, no creo que el testimonio de una mula tenga el suficiente peso
para asegurar que no atraparé a Huerta. Pudo hablar en sentido figurado
¿Usted no es de esos católicos persignados que no pueden oír una maldición sin
taparse los oídos, verdad?
-Oiga Jiménez,
más respeto, después de todo ¿Usted siempre ha estado metido en las cuestiones
meta físicas no?, claro hasta que paso lo de su padre.
-Por favor
capitán, sabe que las cosas pasan. Soy totalmente diferente a aquél joven
mojigato que ayudaba a sus padres a estafar a inocentes.
-Todo es
cuestión de perspectiva Joaquín. En fin, solo quería mostrarte esta grabación.
En los casos anteriores no pudimos obtener las grabaciones debido a la
tardada burocracia y el mal funcionamiento de las cámaras. Esta vez trabajamos
mucho más rápido.
-Iré a trabajar
jefe, cualquier novedad lo mantendré informado.
Salgo de la
oficina de Estrada bastante enfadado. Mi pasado es algo que no me gusta
recordar. Crecí rodeado de charlatanería metafísica: Fantasmas, duendes,
maldiciones y hechizos para combatir las malas vibras. Mis padres eran
originarios de Veracruz, donde ese tipo de cosas se ven en cada pequeño pueblo.
Se dedicaban a
robarle el dinero a la gente durante sesiones de espiritismo montadas y falsos
remedios para los malos momentos. Total, de ahí mi decisión de estudiar
ciencias forenses y posteriormente unirme a la policía.
Luego de mi cavilación
de 6 pisos en bajada de duración, llego a mi laboratorio. Me pongo los guantes
y comienzo el análisis de las pruebas.
-La próxima semana Capítulo 1.3-
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